La flor quemada es una artesanía hecha con seda como materia prima, cuidadosamente elaborada a través de procesos como el dimensionamiento, el teñido, la formación de pétalos, el secado, el fraguado y la fijación y unión de ramas. El producto final es realista y es aclamado como una flor que no es «ni real ni irreal».
Liu Lin es la tercera generación heredera de la técnica tradicional de fabricación de flores de planchado en caliente, un proyecto de patrimonio cultural inmaterial en el distrito de Chanhe. Ella compartió: «En cada proceso creativo, desde el diseño conceptual hasta la combinación de colores, cada paso está dirigido a la perfección y la armonía, haciendo de cada ‘flor’ una obra de arte única». Liu Lin cree que la incorporación de una variedad de técnicas y elementos creativos en el arte del planchado en caliente es crucial, ya que esto permite que las obras sean más delicadas y refinadas, proporcionando un festín visual para el público.
De cara al futuro, Liu Lin planea explorar continuamente las profundas connotaciones de esta habilidad y evolucionar y expandir sus formas de expresión al ritmo de los tiempos, al tiempo que nutre nuevos talentos para garantizar el desarrollo continuo y la herencia de esta habilidad tradicional, permitiéndole «florecer» continuamente.